lunes, 19 de septiembre de 2011

"Xalapa es un manantial de sangre y lágrimas"


Un cielo gris. El aire gélido. Cientos de personas vestidos de blanco aguardaban a la Caravana por la Paz con Justicia y Dignidad en Xalapa. Javier Sicilia, enfundaba la bandera de México, los integrantes de ésta lo siguieron.
El recibimiento de los xalapeños, abrazos y besos como bálsamo al dolor. “No queremos más muertos” Y varias pancartas con el rostro de una niña vestida de uniforme escolar. Su nombre, Gaby Arlene Benítez, desaparecida desde el lunes 14 de Junio. Un número de celular 22898747, de la familia, espera ser sonado con noticias del paradero.
Marcharon todo 20 de Noviembre hasta llegar a Plaza Lerdo, donde los esperaba un contingente de más de tres mil personas. Una Plaza Lerdo llena, que de acuerdo a una ciudadana de nombre Gladis, de 40 años, no se veía tanta solidaridad con un movimiento desde hace mucho tiempo.
Xalapa se hermana, con esta caravana
Durante el trayecto, los vivas se escuchaban. Un camión de aspecto oxidado ponía canciones de esperanza, Manu Chao, Calle 13, Ruben Blades con la canción de los Desaparecidos. Una manta blanca cubría el autobús, pidiendo paz, ni una muerta más, ni un muerto más, la paz es exigir justicia.
Basta de guerra, queremos ya la paz
“Ni cuenta nos dimos, ya estábamos sumergidos en la miseria” refiere una muchacha estudiante de Arquitectura de la Universidad Veracruzana. “No puedo confiar en las autoridades, no puedo confiar en nadie, Xalapa no es segura, vengo a manifestarme en general. En Minatitlán también ha desaparecido gente, y nada sabemos”.
Mucha gente observaba desde sus casas y negocios atónitos el paso de la paz, del silencio, del dolor de los rostros que exigían Justicia en una ciudad de  Xalapa con nubes grisáceas.
Se levantaban banderas verdes, como banderines de guerra. La guerra de la paz.
Ahí viene la Caravana, somos muchos, la lucha sigue y sigue
“Prefiero hacerle caso al rumor que al mismo gobierno” refiere otra estudiante de la Universidad Veracruzana de Letras Hispánicas. “Duarte siempre se va a lavar las manos, negarlo todo, porque tiene el poder en sus manos”. Con el puño arriba y gritando consignas de lucha y pidiendo paz se pierde en la oscuridad que empezaba atenuar.
Mucha gente les aplaudía, como por ejemplo, en la Iglesia San José, donde un grupo de personas al unísono lanzaban palmas de aliento.
La oscuridad aumentaba, las luces se encendían. Cada paso que daban, era un manifiesto contra la oscuridad. En la Galería de Arte Contemporáneo, se prendieron las luces al momento del paso de la Caravana.
El pueblo unido, jamás será vencido
Los caravaneros, iban a paso firme. Ya la noche había absorbido por completo sus cuerpos. En la Plaza Lerdo, no se veía ni un rastro de espacio vacío. A reventar. La gente se agarraba de las manos. Consignas de No Más Sangre se veían en muchos pechos de lugareños.
El recibimiento fue caluroso, los aplausos al unísono enchinaban la piel.
De Norte a Sur, de Este a Oeste, ganaremos cueste lo que cueste
-Quiero una mejor ciudad, como lo era antes, quiero un nuevo futuro, quiero caminar en mis calles y quiero que mis hijos lo disfruten como cuando era pequeño. El atole con el dedo que siempre nos han querido dar, que en Veracruz no pasa nada. No hay ninguna diferencia entre Fidel y Duarte sentencia Hilario, ciudadano originario de Xalapa con 40 años.
Una señora de la tercera edad, de nombre María, vestía un saco color rosado. A pesar de que le cuesta caminar, está ahí parada, porque aún cree en que Xalapa pueda retomar la paz.
Tiene 71 años. Y nunca había visto tanta solidaridad, cosa que la emociona y le da ánimos para seguir reclamando.
Uno de los organizadores que sostiene la manta de protección declara que tuvieron muchos problemas. Por eso no se organizó en Veracruz. Uno de ellos y el principal, es que muchas de las personas que estaban marchando estaban amenazadas por varios grupos que no quiere precisar.
Sicilia, y las víctimas de la violencia, se dirigieron al estrado entre palabras como “Ni nos callamos, ni nos rendimos, llevan en sí mismos, la luz de la esperanza, otra sociedad puede ser posible”. Horacio, les da el recibimiento oficial.
Académicos, teatreros, investigadores, profesores y ciudadanos en general les damos la bienvenida a Xalapa.
Xalapa se hermana, con esta caravana
Un ciudadano explica el contexto a la Caravana. Habla sobre los pactos de gobernabilidad de Fidel Herrera y el desarrollo de la violencia  “Fidel Herrera dejó una deuda ambiental, política social, y económica que los veracruzanos debemos pagar y no estamos de acuerdo”.
“En lo que va el gobierno de Javier Duarte ha crecido la violencia, han crecido los asesinatos, los levantones, las extorsiones, agresiones, perpetrados por sicarios, policías y fuerzas armadas contra personas que no tienen que ver con el crimen organizado”.
-Rompan el silencio para exigir un estado de calidad, que nos proporcione seguridad. Que se nos abran espacio para los debates. No queremos ser daños colaterales de una guerra estúpida. Sumémonos a la Caravana por la Paz. ¡Viva Veracruz!
El primero de la Caravana en hablar fue Daniel Giménez Cacho “estamos aquí para reconstruir la vida, construir la paz, me duele mirar por enésima vez las injusticias  y observar toda la sordera y ceguera gubernamental”.
Unas veladoras están prendidas adornando la tribuna. Abajo un altar en círculos. Niños sostenían mensajes de paz.
Le tocó el turno a María Esther Hernández Palacios, profesora de Literatura, hablar sobre el asesinato de su hija, Irene.
-Nosotros no nos diferenciamos por lo que somos, sino por los muertos a los que cada uno llora y pensé que en México, los muertos y desaparecidos que lloramos hoy, no nos diferencian,  nos unen.
-Xalapa es hoy un manantial de sangre y lágrimas pero sigue siendo un manantial, de angustia y de dolor, de zozobra y de llanto pero un manantial. Todas las familias que hemos perdido un ser querido en esta guerra indigne, bebamos hoy de esta fuente que alimenta nuestra alma, que con nuestros vacíos y muertos damos la bienvenida a Javier Sicilia y a la Caravana.
Vestida de blanco, sus ojos se rompían en lágrimas, su voz quería quebrarse, pero el dolor ahogado era más fuerte y se escabullía entre las palabras de la poeta.
-No queremos más guerras, exigimos la paz, paz para nuestras casas, hijos y nietos, nuestros hijos y muertos. Crános, escúchenos señores del Gobierno. Es el dolor lo que nos vuelve dignos y verdaderos.
-Seis balas que hicieron orificios en el cuerpo de mi hija Irene, se llevaron una parte de mí. El ocho de Junio del año pasado y el dolor sigue siendo tan fuerte como el primer día.
-Mentira que las parimos completas, algo de nuestras hijas permanece en nosotros. Algo que sólo les entregamos cuando dejamos éste mundo, es la ley natural, las madres mueren antes que las hijas.
-Nunca tuve antes ésta conciencia, hasta que a sus 26 años, me la arrancaron. Devolvamos a nuestra ciudad, lo que nos ha dado.
Acabar con esta maldita guerra y devolvernos la paz perdida.
No estás sola, no estás sola, no estás sola
Un mural blanco, atrás del público se alzaba con la leyenda “La paz florece”.
-Buenas noches, hoy estoy feliz, orgullosa de tenerlos aquí. Yo espero que con este recibimiento se le quite el mal sabor de boca, del lugar de dónde viene, aquí lo apoyamos lanza a Sicilia Bárbara Ybarra, madre de Gaby Benítez.
-Yo estoy aquí, porque mi hija está desaparecida, Gabriela ya cumplió más de tres meses y no se nada de ella. Es muy difícil, no voy a parar, no vamos a parar hasta encontrarla. Vengo solicitando mayor apoyo del gobierno del Estado., que abran espacios, lugares donde puedan poner fotografías de nuestros hijos extraviados.
No es posible que cuando vienen campañas políticas, nos llenan todo el Estado de fotografías de gente que no nos interesan, y luego no las quitan.
Rompe en llanto, la gente le aplaude.
Nos llenan de basura nuestro Estado, y nuestros hijos, nuestra sangre no les interesa. Ya lo comentaron, Veracruz es un Estado con muchas deudas. Ya lo dejaron sin dinero, ahora lo están dejando sin hijos.
No estás sola, no estás sola, no estás sola
Quiero mi Xalapa de vuelta
La mamá del twittero, Gilberto Vera Martínez, con las lágrimas en ojos, reclama también: Yo sé que mi hijo no es un terrorista, ni es malo, es un ciudadano de bien, da clases, es maestro, mi hijo quiere mucho a su tierra a su país. Cuando lo fui a ver, me dijo: madre, estoy triste porque estoy aquí.
Libertad, libertad, libertad, libertad
-Le pido al Gobernador que reconozca se equivocó que no le imponga a mi hijo una ley que no está en los libros, soy una mujer de 71 años, he llorado mucho, mi hijo está vivo gracias a dios, y les reitero mi cariño a todos los que han perdido familiares.
Anita Martínez, le refrenda su apoyo a Sicilia, y le da el pésame. Sicilia la abraza, la besa en el cachete mientras los gritos de Libertad se esparcían sobre la Plaza Lerdo.
Los testimonios fueron pasando uno a uno. Hasta que tocó el turno de Sicilia, a quien le entregaron una canasta llena de productos veracruzanos por parte de Xalapa. Como respuesta Sicilia, regaló tulipanes de origami.
Sicilia lanzó su discurso: Gracias, después de todas las cosas desagradables que pasaron al entrar a Veracruz, Ustedes son la seguridad, no nos dejen solos. Tengamos reserva moral. Si perdemos el futuro de nuestros hijos, perdemos el futuro de la nación.
Vayamos hacia delante, no nos suelten. La voz de Sicilia se perdía entre aplausos y rostros de llanto. La plaza Lerdo, se desdibujaba en cuerpos indignados, sin miedo, convencidos. Los rostros de indignación, de dolor, de sensibilidad se denotaban en cada hueco de la plaza Lerdo.
Una bandera de México, nunca dejo de agitarse por las manos de un señor. Enfrente, la bandera del Palacio de Gobierno estaba estática, observando el día que Xalapa se levantó del llanto para exigir paz.
La paz que les arrebataron desde que Fidel Herrera llegó al poder.


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