lunes, 30 de agosto de 2010

hace cuanto tiempo

Desde hace tiempo monotonía adueña los alrededores. hacía tiempo que el sonido del teclado no me reconfortaba tanto. Havelock influenció a McLuhan. Ambos estudiaron la relación de los medios de comunicación con el episteme, el saber, lo cognoscitivo...el conocimiento. Saber no es el cúmulo de información, porqué podría haber una desinformación dentro de la información y entonces creamos lo que Sartori definió como la cultura de la incultura. ¿cómo relacionarse con Homo videns? Homo videns son aquellos seres humanos que tuvieron como primera escuela una televisión. La televisión inhibe el hacer abstracciones, incluso reduce la oportunidad de razonar...la imagen es y es. Irrefutabilidad pues la imagen no miente...según Edmund Burke pero está equivocado. A veces no me hallo entre personas que dejaron de ser humanos. Según la mayoría humanística de televidentes, soy el rey del aburrimiento pues la tele enajena sentimientos y desplaza la palabra escrita...me pregunto si la palabra tiene algún valor...pues la ortografía es una mujer que ha perdido su capacidad de seducción...

Pobre de ella, los tiempos posmodernos acabaron con su belleza...están acabando con todo...hasta con mi paciencia...

viernes, 6 de agosto de 2010

En el precipicio

Los minutos que transcurren sin piedad a la espera del humano que busca respuestas son inexorables. Como inexorable es la distancia que me separa de tí, una distancia de esas que dice García Márquez...que la peor forma de esperar a alguien, es estar sentado a su lado sabiendo que nunca lo podrás tener. Por razones obvias no fue extrañar la distancia, si no distanciar el extrañamiento cotidiano de los suburbios en explosión efímera. El viento me cuchicheó mientras esperaba sentado a que el futuro llegara, cuando el suprafuturo anticipó dos lunas a mi cabeza, a mi lucidez.

Allá en mis nueve años circulaban dos tipos de tranvías...

La noche ahí fuera es mágica y silente, un noventa y cinco por ciento de este lado globular o hemisferial del planeta se encuentra dando paseos con Morfeo. Otros quizá hace cinco minutos que dieron el último suspiro para reunirse con los recuerdos dejados en algún vagón de última tarde, de último sueño

¿Cómo será el mundo cuando no pueda yo mirarlo, ni escucharlo, ni tocarlo, ni olerlo ni gustarlo?

Absurdo es una palabra meramente contestataria y digna de debate existencial. Absurdo es la máxima expresión de fracaso y de opinión contrariada. Absurdos los que se contradicen, porque en el mundo de las verdades superficiales lo que se ve existe, aquello intangible, eso que llaman sentimientos, sólo se siente pero no se toca. Tontos¿?

Los barcos dialogan tras la niebla, mientras ningún rescoldo de lluvia aparece por estos menesteres que han inundado con toda la rabia natural de la reacción. Sólo lo imagino, sería un absurdo imaginarme esas blasfemias a la realidad porque aquí los absurdos no triunfamos. la descalificación es la llave de la aceptación de la camisa de fuerza social...una opinión que disiente a lo estipulado es digno de comunizarlo o llamarlo idealista.


Pobres los idealistas, soñando un mundo mejor cuando el setenta por ciento de la gente le gusta desgastar este pobre mundo que sólo le quedan unos años de consumismo exacerbado y uno que otro minuto de reflexión.

Primer acto: La moral es una prostituta parada en la esquina que dialoga con el prejuicio eclesiástico. La regla número uno es joder al que nace, al niño en formación. La curiosidad de este niño se ver´envuelta por reglas que la moral no entiende ni el prejuicio eclesiástico comprendería.

Segundo acto: El niño entra al burdel del conocimiento prejuiciable. Todo lo que pasa es por obra de Dios. Primera lección. Segunda lección, toma unas revistas de Playboy con el Benedicto XVI fornicando a lado de Marcial Maciel un séquito de monaguillos. Parentésis, Dios se manifiesta. La respuesta: Regreso enseguida mi preciosa nueva creación...necesito practicar la sodomía con la moral, dice el prejuicio eclesiástico con una voz de excitación exorbitante. A la moral le gusta que le rompas el clítoris de la ética y recto de los valores. Tardamos dos mil años en regresar, o antes, quizá después de los 1500 años tomemos un receso.

Tercer acto. El niño, entre tanto compañerito como el morbo, la duda, la curiosidad, la superstición y la dependencia de un sistema líneal consumista que te obliga a pensar que las cosas son necesarias para la supervivencia. Si no tienes un Ipod con GPS, no eres un humano cuerdo y confiable. Es la era de los tecnocrátas, dominan el mundo con sus Blackberry y menoscaban a quienes no compartan su ideal consumista de la creación. Porque Dios es consumista de humanos, les renueva la moral y la existencia, el apellido y el abolengo. Aquí nadie es hermano de nadie...mientras más blanquito más se tiene el derecho de acceso al cielo.

¿cómo se llamó la obra? EL prejuicio en el nombre de Dios Padre Todo pecador. Por que si Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza...entonces, el es el Gran Pecador, el Gran Patriarca de las mentiras.
Título que Fidel Herrera Beltrán enaltece con la angina de pecho que tiene en la garganta de aguardientoso. Pero el chayote elimina esos postjuicios. Viva el clientelismo.

EL consumismo es consumirnos. Que importa el mundo, total. EL último vagón parte sin retorno.

Unas vías férreas largas, anchudas y pálidas. Por si fuera poco también es monótona mientras el viento del exilio golpee los caireles del tiempo y de la soledad.

De vez en cuando es bueno ser consciente de que hoy, de que ahora...estamos fabricando las nostalgias que descongelarán algún futuro...



martes, 3 de agosto de 2010

Como fantasma

A veces uno se siente fantasma, como ignorado hasta por la mosca que a diario ronda los lugares húmedos como el lugar donde vivo. Pero no hay nada mejor que pasar desapercibido. Odio la farándula. Odio el glamour. Tengo una alergia existencial hacia la moda y esos seres inanimados que los manipula la televisión y la opinión masificada. Cultura de Masas, me compré un repelente desde hace varios meses para no pertenecer a su desprestigiada opinión y seudo sociedad.

Alienado, a mucha honra. Mexicano, prefiero que me apoden ciudadano del mundo.

A veces me pregunto que sería de nuestra vida moderna sin televisión. Hoy observé en Televisa Veracruz, como una señora de complexión regordete....de una redondez extrema, le aplicaba un golpazo a un acarreado priísta. En mi derredor, la gente se reía, otros se mofaban, otros se tomaban en serio su papel de espectador...me dio tristeza.

Dice Umberto Eco que hoy no salir en televisión es un signo de elegancia. Soy muy elegante...no entiendo porque la gente quiere hacerle honor al axioma de Andy Warhol. Quince minutos de fama, el precio...de lo sublime a lo ridículo.

De la memoria sólo sube
un vago polvo y un perfume.
¿Acaso sea la poesía?



Poesía es ritmo que acierta. Palabra precisa. Mirada perfecta. Voz inigualable.
Ni siquiera recuerdo la primera rima asonante que hice...sólo se que nada se. Aunque la humildad socratiana me abandone de vez en cuando. Suelo ser un fantasma.
Quien me interpreta se vuelve existencial, porque según el mundo nace dentro de nosotros, se forma, como Descártes hizo reconocer.


Y sigo siendo un fantasma...

Debo matar lo que miré,
el mito que minuciosa
pliego y despliego,
grava para mi paso solo?
¿ Ciega borrar lugares,
playas, vientos, el tiempo?



Un fantasma preso de ti, tu recuerdo, tu voz...mi nariz respira tu olor. Tiempo intempestivo y cruel.
La distancia une dejando impune el vacío.
Oh querido tiempo, primo de la distancia sobrino del pretérito.


Tu hijo caprichoso, Futuro, maneja tu cartera de minutos y tu monedero de segundos a su antojo.


Hace y deshace, como tu mirada me deshizo en aquella mesa donde una planta de ornato se asomaba perpendicularmente sobre nuestras cabezas, sobre nuestros labios que no tardan en eclipsar.

lunes, 2 de agosto de 2010

Nuestro poema.




Por qué se me vendrá todo el amor de golpe
cuando me siento triste, y te siento lejana ...Pablo Neruda.













El silencio nos devoraba bajo luz tenue del mirarnos.




Preguntabas, respondía...a veces cambiaronse los papeles.




Increíble. Otra vez esa mirada, tu mirada, respingada y sutil...




Otra vez esa lenta compañía y a la misma hora donde intercambiamos palabras alguna vez.




La única diferencia...diez centímetros entre mesa y mesa.




Me tocas el hombro deslizando tus dedos y queriendo recargar tu cabeza. Flaqueo.




Intempestivamente bajo tu sombra, los sueños hacen ángeles febriles que imploran un beso tuyo.




Respiro, imagino tu boca sobre la mía. Dámela ahora, quiero devorarme tu sonrisa.




Mientras te siento fría, rodearte con mis brazos, fuerte, fuerte hasta embriagarte de caricias.




Trataba de ignorarte mientras mis sueños actuaban entre realidad y deseo. Fue en vano.




¿conoces el deseo de abrazar a alguien y nunca querer soltarlo? Tuve miedo.




Te acercabas, te alejabas mientras la eternidad se nos acababa. Mi corazón se hundía en el peor de las tormentas.




Te hallo en el silencio, en el ruido bajo aguas turbulentas...mientras disfruto.




EL portazo de pronto desmorono el sueño, tanto tiempo de espera...




te paraste, por dentro temblabas mientras de soslayo te observaba.




Subían tus hombros temblorosos como dos colinas, explorarlos, pensaba, suculento enigma.




Siento que eres lo único que tengo desde que perdí mi nostalgia, la tristeza.




Ajena, prohibida...sentía tu ternura llegar a mi tierra.




Yo, tierra virgen. Con tus dulces palabras conquistaste mi tierra.




Con tu voz, dulce y polvorosa colonializaste mi tierra.




Tus pestañas contorneadas, tu mirada cándida y cálida...domino mi tierra.




Y con el mi ser.




Soledad fue despedida, soledad fue impotencia, soledad fue rabia y auto-opresión.




Soledad que eres ajena, distante y casi imposible.




Soledad es beso no dado, abrazo no dado...hago como que ignoro.




Que silencio, que compañía, que voz y que mirada...




Te quiero de compañera, amiga y madre de mis hijos.




Lástima, que te llamas ajena y te apellidas distante.







Por: Niño íngrimo

domingo, 1 de agosto de 2010

Vocablos comenzantes.

Dicen que el comienzo de toda preferencia y de todo pecado es el placer. Diría Platón que el hombre es un auriga que conduce un carro tirado por dos briosos caballos: el placer y el deber. El arte del auriga consiste en templar la fogosidad del corcel negro (placer) y acompasarlo con el blanco (deber) para correr sin perder el equilibrio. 
Frase que nos queda como anillo al dedo. Nosotros los humanos, debemos buscar el equilibrio para que nuestra humanidad no se erradique ni se extinga. Es quizá por lo que se nos castigo al tener dos formas de tomar decisiones. Con la seudo razón y con el lado cursi del sentimiento, y aquel que nos salvará algún día, el amor.. Y digo seudo, por que parece que la razón del todo y perfecta no existe. Dice un amigo que si fuéramos cien por cientos razonables, nadie amaría. A veces me pregunto como sería el mundo sin amor...sin amor no existiría el odio...pero probablemente sería como rutinario. Serían roles perfectos y sin sentido. Un mundo sin Dios, si fuesemos inmortales, con nuestro orgullo y nuestro antrocentrismo quien lo necesitaría. El consuelo del mundo, el opio de los pueblos que llamó Marx...no existiría. Nada existiría.