lunes, 12 de septiembre de 2011

Allá arriba están los Dioses del Olimpo

Por Juan Eduardo Flores Mateos/Crónica
Publicado en Notiver
19 de Agosto 2011
Las porras universitarias inundaban la intemperie mientras un grupo de señores conversa reflejando algarabía en sus rostros, privatizando las sonrisas y extendiéndolas sobre el ambiente universitario del Campus Mocambo. La bienvenida de los jóvenes de nuevo ingreso se manifiesta sobre el área del lago, punto céntrico entre las cuatro Facultades que integran el recinto, Contaduría, Ciencias de la comunicación, Pedagogía y Odontología.

Uno de los señores se desenvuelve sosteniendo un vaso del café La Parroquia, obsequiado en una camioneta blanca con roja que se disipa a lo lejos, junto a uno de los accesos que desembocan a la tarima donde minutos antes se animaban con música a los muchachos de nuevo ingreso.

Es el coordinador del SEA Veracruz, Carlos Quiroz, su alegría supera a los demás. Delgado, lentes oscuros sobre su tatema cubierta con un pelo de tonos grises, una guayabera de lino blanca, pantalón gris y unos zapatos oscuros Polo con suela beige, extiende un comentario en tono de burla mirando a sus compañeros de trabajo:

“Acá estamos los mortales, allá arriba están los dioses del Olimpo” acompañado de la carcajada del grupo, exacerbando la alegría preestablecida.

Se refería a los cuerpos vestidos entre tonos claros, y apelmazados en unas sillas grises sacadas de algún aula sobre la tarima; Raúl Díaz Diez, delegado de Educación en Veracruz; Enrique Levet Gorozpe, líder del sindicato de maestros FESAPAUV, Adolfo Mota Hernández, secretario de Educación, el rector Raúl Arías Lovillo, y los directores de las Facultades que conforman el campus: Rocío Ojeda Callado, Miguel Ángel Díaz, Celia del Pilar Garrido Vargas y Aurelio Vázquez Ramos.

A la par, Liliana Betancourt, vicerrectora del campus y parte del presídium, daba las palabras institucionales exaltando el orgullo universitario.

-Jóvenes, créanlo, sean jóvenes están aquí, son universitarios.

Bajo la tarima, algunos estudiantes escuchaban atentos, otros platicaban entre sí ignorando.

Atrás,  Levet Gorozpe cuchicheaba con Adolfo Mota, Raúl Díaz Diez volteaba y volteaba hacia sus lados, como buscando el calor que le sofocaba el rostro. Encuentra una mirada, un señor de complexión regordeta, , al cual le sonríe y le muestra el pulgar hacia arriba como signo amistoso. Éste, sosteniendo una playera blanca estampada con signo de una flor de lis sobre el hombro, le responde el saludo.

A lo lejos, se escucha una plática de jóvenes de semestres avanzados que exclaman:

-Qué bueno que no vino Duarte

-Sí, con todo esto que está pasando, lo mejor es que no haya venido

La vicerrectora termina su discurso, para otorgarle el micrófono a una alumna de Comunicación del séptimo semestre, que lanzaría otro discurso motivacional e institucional sobre las cualidades de la Universidad Veracruzana.

Al finalizar las palabras de la alumna, algunos jóvenes se esparcieron hacia uno de los accesos, alejándose como queriendo no escuchar. Un ¡qué viva la Universidad Veracruzana!, fue lanzado desde el micrófono, el aplauso protocolario sobrevino.

Inmediatamente el desfile de guayaberas políticas caminó hacia un lado donde los esperaban los reporteros, y así poder lanzar su mejor discurso. Las cámaras y los micrófonos eran como un imán que atraía metales. Los funcionarios, o los dioses del Olimpo como calificó el director del Sea eran los metales.

El economista Quiroz, repitió el chiste, como por ejemplo, con un grupo de maestras del Centro de Idiomas al momento de referirse a una señora, “tú y yo deberíamos haber estado ahí, pero no, yo estoy con el pueblo, allá arriba están los inmortales”. Las carcajadas acompañaron el comentario como si fuera su pareja de baile en algún danzón.

La presentadora irrumpió para avisar que vendría un colectivo de danza. El bullicio volvió a enardecer con gritos y porras como al principio, antes de la llegada de los funcionarios.

Tras la tarima, veintinueve personas estaban formados para tomarse un café La Parroquia cortesía de la Universidad, otros iban por pambazos, otros gritaban y platicaban, sonreían imitando el vivaz brillo verde del pasto que pisaban, mientras los gritos y el ruidejo emanado del bafle negro se entremezclaban para continuar el recibimiento a la generación 2011.

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