sábado, 25 de septiembre de 2010

Paula.

Flechas como tréboles, un mar convergente de vacíos inexorables. Cuánta distancia hay de las redes al corazón... ¿o, del corazón a las redes?
  diez hectómetros, mil kilómetros, ¿cien hectáreas?
quizá un gigámetro,

Mi respiración, ensimismada, agitada, febril.

Quizá sólo un terabyte de sueño, uno de anhelo, quizá tres de olvido. Demasiado vil.

 Tangible, imprescindible. Un parteaguas al estío.

Mis párpados flaquean, demuestranme su brío.

Los contorneados ojos aceituna verdosos, no mienten, no callan

...sólo recitan, danzan con las lunas más distantes, volvierónse alguna vez mariposas en arrullo, claveles en andanzas, jardínes esmeraldas disolviéndose en átomos fulgurantes de lontananza.

Literatura nuestra vida, nuestro remordimiento, poesía, filosofía...verdugo aspaviento.

La yugular desglosa roces de ternura, y, ¿los dedos? traductores de sueño en la espesura.

Pretérito en discordia, futuro en melancolía.

6500 millones habitantes del mundo, 52 por ciento de tu ralea y tu odisea.

3400 millones aproximadamente, de todas las cifras, tú.

Desconcierto, desdicha, insomnio...palabras entrecruzan abismos infames, círculos que evocan, cantan y retornan al paraíso de la incertidumbre, de lo incierto.

¿Es acaso la vida, un pasaje de encuentros no previstos, de tiempos desperdiciados, de murales fugaces y hechos fortuitos?

Es la vida un enigma placentero, gotas sublimadas de esencias varias, derrames sanguíneos libidos, y límpidos disfraces.

Irónico, escribo, duermes. Seguramente con la duda inmersa en tus labios, que del mar segrega bendita espuma

una estrellita, así de chiquita como el viento, se asoma en el horizonte, se esfuma...

Síndrome del insomnio Si adquirido.  Fueron tus ojos verde aceituna.

...Ahogaronme entre cuatro muros.



Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca. 



[...Me gustas cuando callas porque estás como ausente. 
Distante y dolorosa como si hubieras muerto. 
Una palabra entonces, una sonrisa bastan. 
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

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