sábado, 25 de septiembre de 2010

La muerte sabe a risa

La muerte, al pasearse sobre bólidos testarudos, sobre huesos deformados, sabe a risa.
El humo de tabaco en el ambiente, rejurgitándose, se deleita, es vid implorada del deseo fortuito.
Pareciese un estornudo de pieles quebradas, sangre coagulada y feroces garras del tiempo.

A risa, a eso sabe la muerte, aveces.

Hay muerte en los chistes, en las bromas, en los pensamientos más triviales.

la muerte cuando llega, sabe a llanto inexorable.
Regresar el tiempo, lamento común,  trillado intento de la resurreción pensada, inacabada, a veces, otras...inexplicables.

Es la muerte lo más hermoso del mundo, lo más preciado, el castigo más justo.

Peor tantito, negamos obviedades, rompemos reglas y nos creemos ramplones burla pavimentos, nos reímos de la muerte.

Así es el humano, hipócrita autoritario, verosímil al antojo, inverosímil si no lo concibe.

Es ficción, nauseabundo olor, muerte, Oh muerte, desdichada...Amo la muerte. Nos demuestra, que somos lo que pensamos. Números, cifras, sólo eso...somos muerte.

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