lunes, 2 de agosto de 2010

Nuestro poema.




Por qué se me vendrá todo el amor de golpe
cuando me siento triste, y te siento lejana ...Pablo Neruda.













El silencio nos devoraba bajo luz tenue del mirarnos.




Preguntabas, respondía...a veces cambiaronse los papeles.




Increíble. Otra vez esa mirada, tu mirada, respingada y sutil...




Otra vez esa lenta compañía y a la misma hora donde intercambiamos palabras alguna vez.




La única diferencia...diez centímetros entre mesa y mesa.




Me tocas el hombro deslizando tus dedos y queriendo recargar tu cabeza. Flaqueo.




Intempestivamente bajo tu sombra, los sueños hacen ángeles febriles que imploran un beso tuyo.




Respiro, imagino tu boca sobre la mía. Dámela ahora, quiero devorarme tu sonrisa.




Mientras te siento fría, rodearte con mis brazos, fuerte, fuerte hasta embriagarte de caricias.




Trataba de ignorarte mientras mis sueños actuaban entre realidad y deseo. Fue en vano.




¿conoces el deseo de abrazar a alguien y nunca querer soltarlo? Tuve miedo.




Te acercabas, te alejabas mientras la eternidad se nos acababa. Mi corazón se hundía en el peor de las tormentas.




Te hallo en el silencio, en el ruido bajo aguas turbulentas...mientras disfruto.




EL portazo de pronto desmorono el sueño, tanto tiempo de espera...




te paraste, por dentro temblabas mientras de soslayo te observaba.




Subían tus hombros temblorosos como dos colinas, explorarlos, pensaba, suculento enigma.




Siento que eres lo único que tengo desde que perdí mi nostalgia, la tristeza.




Ajena, prohibida...sentía tu ternura llegar a mi tierra.




Yo, tierra virgen. Con tus dulces palabras conquistaste mi tierra.




Con tu voz, dulce y polvorosa colonializaste mi tierra.




Tus pestañas contorneadas, tu mirada cándida y cálida...domino mi tierra.




Y con el mi ser.




Soledad fue despedida, soledad fue impotencia, soledad fue rabia y auto-opresión.




Soledad que eres ajena, distante y casi imposible.




Soledad es beso no dado, abrazo no dado...hago como que ignoro.




Que silencio, que compañía, que voz y que mirada...




Te quiero de compañera, amiga y madre de mis hijos.




Lástima, que te llamas ajena y te apellidas distante.







Por: Niño íngrimo

No hay comentarios:

Publicar un comentario