domingo, 9 de octubre de 2011

"Contar, pero contar bien"


En entrevista exclusiva, la periodista argentina Leila Guerriero nos relata el cómo contar historias la ha llevado a ser una de las principales cronistas de Periodismo narrativo en América Latina, de la aceptación de éste en cuánto a su experiencia y además de las influencias poéticas y narrativas que le han ido formando poco a poco su estructura narrativa.
Para la cronista, hay una diferencia por ejemplo, en el caso de la violencia en México, pues si sólo se cuentan las cifras, éstas producen un efecto raro donde se naturaliza la muerte. Para ella se debe “contar, pero contar bien”.
Ganadora del Premio Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano en 2009 que preside el escritor Gabriel García Márquez y editora de la Revista Gatopardo también recuerda el día que mandó un cuento a un diario, le ofrecieron el trabajo y desde entonces jamás paró de contar.
Las peripecias que tuviste que pasar para proponerle a los editores esto que manejas y que llamamos Periodismo Narrativo.
Esto es lo que suele pasar, pero a mí no me ha pasado eso. Yo he tenido mucha suerte con los editores. Desde que yo empecé a trabajar, empecé a trabajar  haciendo algo que yo no sabía ni siquiera que se llamaba  Periodismo Narrativo. Trataba de hacer las cosas que leía, que otros escribían y que me gustaban mucho, y tratar de pensar cómo era que trabajaban ellos y tratar de imitar ese método.
¿Y la aceptación era buena?
Sí, sí siempre.
Charlaba una vez con una periodista de la vieja escuela, y pues bueno una vez lo calificó como una aberración, que rompía la esencia del Periodismo.
Tendría que hablar con esa periodista, pero no me parece. Me parece tradición que tiene decenas de años, sino pues lo único que podría hacer como periodista es decir en la calle uno con la calle dos chocaron dos autos y se murieron dos personas, no sé.
Escribir o narrar un hecho desafortunado como la detonación de una granada podría considerarse como una apología al crimen o la violencia
No, porque entonces no se podría publicar nada. Cualquier persona que comete un delito, entonces no lo publicamos porque entonces es una apología al crimen.
En la conferencia de ayer se mencionó a la poesía, ¿qué tanta injerencia tiene en el Periodismo Narrativo y cuáles poetas entrañables han influido en tu proceso?
La poesía tiene sentido al leerla para desarrollar el oído. Hay gente que ha ido un poco más allá, la poesía trabaja mucho el oído para la música de las palabras. Es todo lo que importa. Escribir es combinar palabras, que tengan musicalidad, etcétera. Y por supuesto en el caso del Periodismo que tenga un contenido periodístico.
Hay gente que ha ido más allá como Martín Caparrós que ha escrito parte de libros suyos, que son de crónica como El Interior, escritos en forma de poemas lo cual me parece una innovación formal súper importante.
Y en cuanto a poetas entrañables, a mí nadie me parece entrañable, yo los leo no como si fueran mis amigos pero me gusta mucho Idea Vilariño, Marosa Di Giorgio, Nicanor Parra, T.S. Elliot, Claudio Bertoni, la poesía clásica española, Machado, Lorca, Miguel Hernández
¿Y Narradores?
De ficción. John Irving, Glory moore, Patrick McGrath, Richard Ford,  Easton Ellis, pocos latinoamericanos como Rulfo.
Para Leila Guerriero, ¿cuándo deja de ser Periodismo y empieza a ser literatura?
EL Periodismo es literatura. Si vas a la definición de la RAE, la literatura es el arte de expresar algo con el uso del lenguaje. El Periodismo empieza a ser ficción cuando algo está contado y no es verdad, cuando hay un invento, no me refiero cuando pones un adjetivo. Digo cuando por ejemplo acá y vos escribas,  esta tarde estábamos charlando con una periodista argentina y estaba sentada en un  sofá rojo, , era rubia y tenía un leve bigotito rubio, medía dos metros cincuenta, tendencias así, un invento, formar muy a conciencia la realidad, eso para mí es el límite o decir que uno estuvo en un lugar y no estuvo.
Debes decir que no estuviste y listo, hice todo el reporteo por teléfono.
Hablas de realidad, Rodolfo Walsh dijo que la realidad además de apasionante era incontable, ¿te parece acertada la definición del maestro Walsh?
A qué se referiría Walsh con incontable. El contó mucho la realidad. No sólo contó masacres, fue periodista durante mucho tiempo. Digo tiene más piezas de periodismo que de ficción, me parece fascinante y sobre todo que muchas de las historias que he encontrado nunca he sentido que agregarle ficción le agregaría un interés mayor.
En Veracruz es casi desconocido el Periodismo Narrativo, ¿Cómo proponerlo?
Lo primero que tienes qué hacer, es escribir bien, reportear bien, preparar un tema X, trabajarlo mucho tiempo, escribirlo y llevárselo al editor. Es buena forma de hacerse camino.
En tu crónica ganadora del Premio Fundación Nuevo Periodismo, El Rastro en los huesos, hay una frase que me llamó mucho la atención. “Un periodista es una persona que llega al tema y tiene que hacer una especie de curso intensivo, hacer su nota y es difícil que capte la complejidad”. ¿Cuál fue tu reacción, qué cambio hay en Leila después de esta frase,  que son de esas qué luego cimbran el ego los periodistas?
Me pareció una frase provocadora, eso me lo dijo Darío, uno de los forenses más antiguos. Era una provocación de parte de él, y me gustó ponerlo porque era una especie de provocación por parte mía.
No me hizo cimbrar en lo absoluto, yo soy muy segura cuando trabajo, esa frase no me afectó, no me hizo cimbrar en lo absoluto personalmente, ni afectarme. La puse porque reflejaba el bajo perfil de ellos, no tenían interés que la prensa anduviera rondando por ahí, yo sabía que estaba haciendo un trabajo que no era ni parecido, lo sabía porque estuve tres meses con ellos, no hubo ninguno antes que tuviera el acceso que yo tuve, me parece importante reflejar eso que decía Darío, hablar de una cosa interesante, ellos hacen su trabajo y no les interesa nada, que estén haciéndoles notas, ni salir en las tapas de las revistas, si alguien les parece confiable lo hacen, pero no es algo que disfruten, no te esperan con sandwichitos, su tarea es otra y esa frase lo reflejaba perfectamente.
Y además es algo que no tiene que ver conmigo, porque reflejaba el “acá hacemos un trabajo demasiado serio como para estar ocupándonos de atender a periodistas”.
Cambiando un poco de contexto ¿Cuál crees que debería de ser el papel del periodista en los tiempos violentos como los que vivimos acá en México?
No tengo una respuesta para eso, me parece que el papel del periodista, donde sea, es contar.
¿No te parece frío mencionar sólo las cifras y no los nombres de esas cifras?
No claro, cuando digo contar es contar bien. Si lo único que dices es hoy mataron a 30, ayer 45, hoy a 19, eso termina mostrando un efecto raro, uno como periodista y como lector va naturalizando esto.
Hay una cosa muy difícil que no te puedo contestar porque no me ocupo de cosas de violencia, sé los que se ocupan de cosas violencia sobre todo en México la pasan muy mal. Tienes una noticia que no puedes publicarla y por otro lado luego te publican las cosas, terminan siendo textos como muy anodinos,  no producen en el lector un sentido de despertar, de sentirse identificados aún cuando el día de mañana pueden pasarle a ellos
¿Contar la historia, para no ser tan frío con esta realidad?
Yo no se si es frío, simplemente están mal escritas. Uno se dedica al Periodismo porque se supone le gusta escribir, le gusta contar historias,  cualquier historia que vos cuentes llevarle al desayuno un tema que lector no puede tener en primer plano.
No cualquiera puede venir, y decir vengo a entrevistar a Richard Ford y que te digan sí pasa, es el señor que ésta a la vuelta del bar al fondo. Pero si eres periodista, te presentas, venís y tenés el privilegio de ver al señor a Richard Ford y contarlo. Necesitas curiosidad para contar el mundo. Richard Ford o el narco, la historia de una persona o un conflicto.
Si no estás interesado, difícilmente un lector se podrá interesar. Si en vez de contar por ejemplo, el conflicto violento, reseñas, a las diez y cuarto de la mañana pasó tal cosa como si fuera un parte médico, primero que narrativamente no hay interés, está mal contada y difícilmente habrá interés.
¿Qué edad tenía Leila cuándo se dijo, me gusta contar historias y a esto me voy a dedicar?
Yo siempre escribí cosas desde chica. Soy periodista desde 1991, y desde que empecé a ser Periodista nunca me dediqué a otra cosa. Y desde que lo hago me ha encantado hacerlo, así que te diría que hace muchos años.
¿No hay fecha, una anécdota?
Desde que empecé a trabajar, desde que empecé a serlo. Escribo desde siempre, desde chiquita, escribía cuentitos y esas cosas, de adolescente escribía cuentos. Un día escribí un cuento, lo mandé a un diario, me lo publicaron y el director del diario me ofreció trabajar y a partir de ese momento jamás paré.

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