sábado, 14 de mayo de 2011

¿Qué esperan?


Mordaz.
           Fugaces y tenues bribonas salas de espera. ¿qué esperan? Algún muerto intrépido, pero no lo esperan porque lloran para no esperarlo. Un grito nauseabundo y paupérrimo cuando los grillos hacen furtivamente el amor en el césped y las chicharras fornican en el nombre de Dios.
¿Qué esperan? Un cuerpo mutilado entre ambulancias y sirenas. Antípodas del goce, del placer y el susto fortuito. ¿Qué esperan? Esperan a Dios, creyendo que existe Dios, lo esperan sentado entre el silente ruido de las salas con sus ventanales dando hacia ningún lugar.
Exasperante angustia, golpes de diafragma sumergidos entre la niebla y turbulentas aguas emanadas de los ojos, de algún lugar entre las funámbulas córneas. Olor a mierda, sedimentos y cadáveres. ¿Qué esperan?
Lo inesperable, las gargantas ahogadas, las aguas calcinadas, esperan, siempre esperan un carnaval de coágulos dementes y febriles. Esperan tiempo sin mes predestinado, sin día, sin hora, sin segundo atravesados.
¿Qué esperan?
Esperan ciegamente creyendo que sentados, una segunda oportunidad se les manifieste. Pero esperan llorando porque saben en el fondo que seguirán esperando.

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